1. |
Los Sobrevivientes
02:29
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Puede que me quieras ver
Puede que no vaya a estar
Puede que lo quieras ver donde
Puede que jamás esté
Deja a las sombras caer
Deja a tu alma en paz
No esperes un motivo
Que nos pueda lastimar
Porque parece que estamos dormidos
En aguas de pleamar
Y aunque el tiempo nos muestre escondidos
Volvemos a contestar
Somos los sobrevivientes
Destinados a descansar
¿Qué no ves? Somos valientes
Podemos ser amigos
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2. |
El fin del nuevo mundo
02:10
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Cae la tierra
Y arderá en días, poco más
Tantos truenos
No cierres nada, pronto pasará
Y en verdad igual
Lucirán perfectos y será
El fin del nuevo mundo
Cae la niebla
Cegará la vista de alguien más
Llueve y piense
Si se esconderá en el río o en el mar
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3. |
Inocencia
03:00
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Desde la sombra a lo oscuro
Voy perdiendo el tiempo
Quiero un segundo para mí
En la orilla no escucho
Grito en silencio
Viento que busca sentir
Necesito descansar
Nunca supe entender
Quise saber qué piensa de mí
Se siente mal, se siente bien, oh
Si lo pensé no es mi intención
Hacerlo como quiero
Porque nos pesa
En la cabeza
Sigo buscando evitar el no
¿Dónde estás?
Estás aquí
No me pidas la razón de verte así
Quise saber qué piensa de mí
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4. |
Del mar
02:02
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Ella ve las hojas
Recuerda a los árboles de pie
Sus sueños la provocan
El mundo no es refugio para tres
En su mirada inocente descubro madurez
Y ella lo oculta
Ya no quiere ver
Me indagan las preguntas
Pero el silencio me hace suponer
Que no hay otra tierra que quiera tener sus pies
Y estás tan bien así
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5. |
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¿Dónde quedé en esta ocasión?
¿Por qué no huí de mi prisión?
Prefiero estar mil años encerrado
Que ser la razón de quienes he amado
¿Por qué no seré sólo canción?
Volver a mi raíz de ambición
Donde las palabras no valen un centavo
De tiempos eternos, historias he contado
Hay un motivo de esperanza
Para quienes quieran llorar
Prefiero estar mil años encerrado
Que ser la razón de quienes he amado
En esta ficción no hay razón
Lo mismo nos da la tradición
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6. |
Translúcido 2
00:09
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Tras dieciocho años al mando de la República de Mydiambar, Pyor Sulftonich, emperador de dicho Estado, decidió escapar con una espontaneidad jamás antes vista en su accionar. Sus habitantes, avasallados por el decoro y con un ánima de tragedia, reunieron en sus penas los recuerdos de sucesos divididos por una repetición de obediencias y recados prójimos (y próximos) a la desesperación y la melancolía.
Entre los ecos de una tarde desolada, escritores y filósofos (destacan fundamentalistas de la Divina Comedia, mismos que en años bélicos declararon haber visto al propio Dante alzar una espada) deciden develar las escrituras pródigas que sus tierras germinaron, hasta el punto de olvidar diferencias terrenales y espirituales entre los distintos laxos de la sociedad.
Y allí se encontraba el manuscrito de Lord Thin Kalibath, los poemas de Fölgar El Cantor, las cinco partes del Éxodo Mtarin…
y la Carta en Ruinas.
Los más sabios murmuraron entre sí alegando que éste texto jamás fue leído luego de ser escrito. Es simple, sólo una hoja aguarda a la espera de ser reclamada por algún valiente puritano (o quizás algún ágil comerciante, no importaba realmente quién llegara primero).
Entre los rostros embravecidos, una lágrima extenuó a un noble guerrero que, tras doce años de luchas en el exterior (incomparables a su instrucción cívica), decidió volver a su tierra madre el día en que su mayor decisión fue tomada. Leer la carta.
- Sepan disculparme, no me acostumbro al ‘coram populo’. Que mi soberbia no opaque las palabras que profesaré a continuación:
Con ambas manos, contuvo al papiro y leyó la primera cita que suscitaba al margen:
USTEDES SON LIBRES.
La carta se escurrió entre sus dedos y el descanso eterno se le apareció súbitamente. Las voces cesaron y los eclipsados, de repente, volvieron a su rutina.
En mis años como emperador no se me habría ocurrido suponer respuesta alguna a este acto de naturalización hacia lo extraordinario. Hoy, en mi época de júbilo, no dedico tiempo en quehaceres y sólo pienso en tonterías tales como la resolución a este conflicto: ¿alguna vez te ha seducido lo prohibido?
A propósito, los hombres mueren día a día.
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7. |
Espacios
02:08
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Avanzo entre espacios
Y me encuentro sólo
Cada instante
Fingiendo una sonrisa
Que no agrade
Jamás a nadie
Hay una vociferación
De los hombres
Y los líderes de hoy responden
Somos libres, libres, libres
Libres de ser ajenos
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Facundo Pirrotta La Plata, Argentina
Cantautor de la ciudad de La Plata, Buenos Aires, Argentina.
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